Este es el resumen de una investigación realizada en el
Resguardo Misak (Guambiano) la María, Piendamó, Cauca, Colombia; entre los años
2014 al 2018. El objetivo fue analizar las formas en que se construyen y se
aprenden las políticas indígenas en nakchak,
mediante la comprensión de las palabras de las mujeres, para aportar al
fortalecimiento de la comunidad con el conocimiento desenvuelto en la vida. La
metodología del trabajo surgió del estudio de las propuestas de algunos
investigadores guambianos y solidarios presentes en las luchas de los años 70 y
80 del siglo XX. Los conceptos de nakchak
y nakuk, se construyeron desde la
metodología de acompañar, que consiste en vivir con las personas del Resguardo.
Sin ser una etnografía, esta investigación utiliza como herramienta central el
diario de campo, elemento creado dentro de ese enfoque investigativo.
Las conclusiones del trabajo dan cuenta de la forma en que
el proceso de burocratización de algunos sectores indígenas ha silenciado, en
parte, la vida cotidiana como participación política. La cocina deja de ser un
lugar de la política, es decir deja de ser nakchak,
para ser un lugar de opresión, un lugar de la vida privada, el lugar donde
actúan las diversas formas que asume la colonización. El silenciamiento de la
voz de los mayores y mayoras, entendidos no solo como seres humanos, es una de
las principales maneras para continuar y fortalecer las estructuras sociales y
culturales del colonialismo interno.
Las palabras del Taita Abelino Dagua “el derecho nace de las cocinas”, que sintetizan parte del
pensamiento guambiano, son el centro de esta investigación porque esa es una
síntesis del conocimiento popular. Esa afirmación cobra sentido para los
indígenas y para muchos sectores subyugados y oprimidos, igual que la
afirmación de Quintín Lame “la ley es
ilegal”, válida en el contexto de lucha de clases de la sociedad
capitalista. Ambas afirmaciones son el punto de llegada de luchas sociales que
nacieron muchos años antes de la existencia de quienes las expresaron. Ambas
afirmaciones pueden orientar las acciones políticas en el marco de las luchas
populares. Lo que les da contenido y fuerza es el sentido que cobran en la vida
de muchas personas. Eso también las hace verdaderas. Sin las personas que
asumen esas luchas, esas palabras no cobran sentido, no viven.