sábado, 29 de septiembre de 2012

Viva el Pepe

En el Rincón del Cerro, un paraje rural a 20 minutos de Montevideo, hay una finca pequeña, con una casa humilde, sin lujos, que no se diferencia del vecindario. Esa es la ‘chacra’ de José ‘Pepe’ Mujica, el exlíder guerrillero Tupamaro de 77 años, que sobrevivió a seis balazos y 12 años de encierro en una celda de un metro cuadrado hasta llegar en 2010 a la presidencia de Uruguay. Allí se refugia con su esposa, la senadora Lucía Topolansky, y su perra coja Manuela, lejos de la opulencia del palacio presidencial.
Ascético, dona 90 por ciento de su salario de 12.500 dólares a cooperativas y obras sociales, pues, según él, “con ese dinero me alcanza, y me tiene que alcanzar porque hay otros uruguayos que viven con mucho menos”. Se desplaza en un Volkswagen celeste modelo 1987 y en un Chevrolet Corsa viejo. No usa corbata. No tiene celular. No tiene tarjeta de crédito. Sus posesiones se limitan a un tractor y su tierra, donde recarga sus fuerzas arando desde la madrugada. Ostenta un título que pocos mandatarios envidian, pero que muchos ciudadanos admiran: “el presidente más pobre del mundo”.

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