Estas alas viejas
se baten a veces
en la arena
y juegan la ronda
del nuevo amor.
Polvorientas plumas
se preparan para el viaje
a sabiendas de que han olvidado
volar.
Unos ojos surcaron el cielo
pero aquí me he quedado:
tejiéndoles un nido
en la memoria
mientras se pierden
entre nubes
a lo lejos.
sábado, 19 de junio de 2010
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