sábado, 19 de junio de 2010

Ricardo II

Hilos

Enredado el hilo en el tumulto
de edificaciones y cordajes,
la cometa enloquece
y en lo más alto del cielo
de la ciudad
se queda suspendida dando vueltas
sin término y sin propósito.

Agonizante que se niega
que no puede
descender y besar tierra,
lucha, indefensa ya,
contra el rudo viento
que sopla más que nunca,
cuando todo está perdido.

Frágil papalote de colores
que en la altura sigue volando
condenada al más incierto abandono.

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