- Tesis centrales de la autora.
La existencia misma del sujeto individual solo se pude
revelar por la acción y el discurso. Sin embargo esta existencia no puede ser
sin el encuentro con el otro, en ese sentido la alteridad sería una de las
facetas dinámicas de la pluralidad humana. Es clave la separación que hace la
autora entre distinción y alteridad, como componentes del sujeto en su unicidad
y su necesidad de identidad desde afuera. Vista así la vida social es
esencialmente un escenario de acciones y discursos humanos en los que los
individuos se insertan dentro de tramas de relaciones públicas, es decir
políticas. La historia consiste en la narración de esas tramas, solo que no
responden a la complejidad de las acciones y discursos personales, sino que se
concreta en la revelación de agentes; siempre desde fuera, pues el sujeto es
actor y paciente de la acción y el discurso en que juega, pero no puede ser
autor de la narración histórica de las mismas. Culmina el texto con la
construcción de la categoría poder desde su distinción de la fuerza o la
voluntad individuales y entendido como un complejo político de acciones y
discursos que implican los límites en las esferas de lo público, dado desde las
leyes, que se construyen como murallas dentro de tramas específicas. Solo es
real el poder en escenarios en que no se han divorciado la palabra y el acto, y
es posible la vida pública.
- Comentario personal.
Resalto la construcción de la categoría de lo público,
esencialmente, como la trama de relación entre acciones y discursos; sin
embargo guardo ciertas reservas con la diferencia que hace la autora de acción
y fabricación, dando un carácter básicamente mecánico y utilitario al proceso
de fabricación.
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